Carlos Amaya Fúnez

Presentamos al público lector el primer tomo de la novela histórica Morazaneida, del escritor hondureño Ramón Amaya Amador.

Ramón Amaya Amador, nació en Olanchito en 1916 y murió en Bratislava, Checoslovaquia en 1966. Se destacó como periodista y novelista. Sus obras literarias suman cuarenta y cinco títulos; ocho novelas se extraviaron en vida del autor; se han publicado dieciséis y veintiún títulos se encuentran inéditos incluyendo los cinco libros de la obra Morazaneida que hoy presentamos.

Sus obras publicadas en diversos idiomas y países fueron prohibidas en Honduras durante varias décadas hasta que en 1991 al ser repatriadas fueron declaradas Tesoro Cultural de Honduras.

 Morazaneida es la obra cumbre de Amaya Amador. Novela histórica en cinco tomos, fue terminada pocas semanas antes de su muerte ocurrida en noviembre de 1966. Narra la vida, obra, lucha y muerte del paladín centroamericano Francisco Morazán Quezada.

En la fallida edición de 1992, la Comisión Organizadora del Bicentenario del Nacimiento del General Francisco Morazán, escribió en la presentación:

“La novela tiene como asunto la gesta del General Francisco Morazán en la primera mitad del siglo XIX. Todos los elementos narrativos capitales –personajes, situaciones, lugares– remiten a la realidad histórica de Centro América en esa escabrosidad del tiempo. Amaya Amador trabaja su texto apoyado en una documentación rigurosa; pero la fidelidad del escritor a ésta es, por necesidad, divergente, puesto que su labor no es la del científico si no la del creador literario que a partir del sartreano ‘contexto circundante’, construye una realidad nueva, una realidad imaginativa.

Nunca antes el novelista hondureño había mostrado mayor poder de inventiva ni mayor capacidad como narrador en estos episodios nacionales que marcarán, sin duda, un hito en el devenir de las letras patrias.”

El autor de Prisión Verde, se propuso en el año 1964 –según consta en su libreta de apuntes– “buscar varios tópicos y hacer una trilogía morazánica que abarque todo el proceso histórico desde la batalla de La Trinidad hasta el fusilamiento de Morazán en Costa Rica”, en la que apareciera Morazán como “caudillo revolucionario popular, como estadista revolucionario, y como el revolucionario de la esperanza aún frente a la muerte”. Al mismo tiempo, se propuso escribir una “obra que tratara de la juventud de F. Morazán” dudando hacerla al margen de la trilogía o como parte de ella. Finalmente, en septiembre de 1966 le anuncia a un amigo: “sigo trabajando en mi novela sobre Morazán. Serán 5 tomos. En principio están concluidos. Falta ahora el trabajo artístico sobre ellas”, trabajo que concluirá un par de semanas antes de su muerte. Así, en un lapso de dos años, Amaya Amador concretó su proyecto cumbre.

Desde entonces, los originales de Morazaneida permanecieron guardados en el archivo de Amaya Amador en Praga hasta el año 1991 en que –tras un largo recorrido que abarcó Nicaragua y Cuba– fueron repatriados.

Un primer intento de publicación en el año 1992 con motivo de celebrarse el bicentenario del nacimiento del prócer centroamericano que estaría a cargo del Gobierno de Venezuela, presidido por Carlos Andrés Pérez, fracasó debido a los hechos políticos ocurridos en dicho país que impidieron su publicación. Otro intento realizado en 1996, esta vez por parte del gobierno hondureño, tampoco pudo concretarse.

Finalmente el primer tomo de Morazaneida: Los rebeldes de la Villa de San Miguel, sale de imprenta (¡¡¡cuarenta y seis años después!!!), con el apoyo de las cooperativas del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS), del Colegio Profesional Superación Magisterial Hondureño (COLPROSUMAH) y de HONDUPALMA.

Quedan en proceso los tomos El sombrero de junco, La paz y la sangre, Sombras de la montaña y La última orden.

Con el apoyo de otras organizaciones y del público lector esperamos poder sacar a luz el mayor esfuerzo literario realizado por Ramón Amaya Amador en su afán de contribuir mediante la literatura al proceso de cambio del pueblo hondureño, del cual el conocimiento de nuestra historia es fundamental.

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