Con la cruz en una mano y la espada en la otra, la conquista española dejó un río de sangre en las tierras americanas. Amaya Amador nos recreaen la novela Con la misma herradura (1963), los intentos de Fray Esteban Verdelete y Fray Juan de Monteagudo con el Capitán Alonso de Daza de conquistar las tierras de Taguzgalpa (La Mosquitia hondureña).
El hecho histórico que da título al presente libro es citado por el historiador Jesús García Añoveros “Dos soldados de Daza dieron muerte cruel a un principal taguaca, quien les había ofendido, clavándole una mano con una herradura a un árbol, en donde murió abandonado.” (Jesús García Añoveros, Presencia franciscana en la Taguzgalpa y la Tologalpa).
Amaya Amador no olvida la tragedia de los pueblos originarios y nos invita a recordar su sufrimiento, sus luchas, sus amores, sus esperanzas.
“—Entonces amado Lucol, eso quiere decir que nuestro pueblo tiene futuro, ¿no es así?
—Así es,Yaraí. Y que sufrirán esclavitud por blancos del norte pero se liberarán para siempre.”